Gallipoli y Salento no solo son mar, sol y diversión, sino también buena comida, por eso visitar este rincón del mundo puede ser una experiencia única. La cocina típica de Salento es una cocina pobre, partiendo de la harina poco refinada, para el aprovechamiento de hortalizas cultivadas y silvestres, junto con otros productos de la tierra como los caracoles. A pesar de la escasez de recursos y la pobreza de ingredientes, es uno de los más apreciados: Entre las muchas, dos delicias con un sabor único e intenso:
- Sopa de pescado a la gallipoli, que además del clásico caldo de pescado también contiene lonchas de mero e inusuales incursiones de pescado blanco;
- Scapece, solo para paladares atrevidos: capas de pescado frito marinado con azafrán, pan rallado y vinagre, conservado en las características tinas de castañas.
Los distintos tipos de pittule, con bacalao, sepia y coliflor, sirven como guarnición; de postre: purciaddhuzzi, pittedde, pasticciotti y mucho más ... No descuides las especialidades derivadas de la carne: turcinieddri y purpette combinados con verduras y legumbres, preparados de forma apetecible. Mucho más sorprenderá a tu paladar en el campo de la enología: negroamaro, malvasia, primitivo y muchas otras cepas muy particulares caracterizan la elaboración de vinos con cuerpo, con ramos y colores muy originales.