Millones de luces, tecnologías futuristas, compradores italianos y extranjeros, equipos de televisión de todo el mundo e incluso un especial de National Geographic. Scorrano, un pequeño pueblo a pocos kilómetros de Otranto, en Salento, es la capital mundial de las luces.
Sus esculturas de luz, las más bellas e impresionantes del mundo, son un orgullo íntegramente italiano al que todos los países buscan para descubrir avances, novedades y exclusivas del sector. En los primeros días de julio, cuando se realiza la fiesta patronal en Scorrano en honor a Santa Domenica, y las principales luminarias constructoras se comprometen a construir cada año más luminarias excepcionales, además de los fieles y turistas, llegan compradores de Canadá, Estados Unidos. Estados y de Japón para elegir y encargar las obras que embellecerán sus ciudades. La atención de los medios también es muy alta: una compañía de National Geographic ha estado estacionada en Salento durante cinco días para producir un informe sobre la ciudad y sus esculturas de luz.
Varios canales de televisión internacionales tienen garantizado un asiento de primera fila para sus corresponsales, para no perderse el incomparable espectáculo del encendido de las luces y el ritmo de la música.